BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

lunes, 30 de enero de 2012

Historia para anaqueles dorados


Historia para anaqueles dorados


Hay historias de amor tiernas, solitarias, de soñadas cercanías ceremoniales y lejanías lacerantes a proteger la virtud, la mística de un final sin marchitar, un final para permanecer en ella, en él por lo que quede de vida. Un antiguo amor de amantes desdichados, un amor que se hará ancestral entre las piedras de las montañas, hoy sonoras vertientes de aguas diamantinas deslizándose hasta el pecho con latidos del valle, mojando su tierra, regando las flores que reverdecen en tallos fuertes y colores vivos, sus rojos brillantes y amarillos oro, bajo el sol de una mañana de domingo. Lloró la ausencia, presintiendo la agridulce presencia silenciosa. Aprenderá a obsequiarle vocablos sin letras, entre las nubes algodonadas transitorias y hostiles de celos liberados en tormentas veraniegas, repentino sonido de aparente calidez con filosofía lúdica y preludio a letanía del final anunciado e inevitable, gozo inusitado en despedida sin caprichos, episodio accesible de un silenciado tormento agazapado, triste en el fluir espontáneo de sensaciones inolvidables. Contrapuesto a todo el indeleble idilio, en esencia desmesurada con ritmo de gaviotas devoradoras en vuelo rasante sobre el mar, tan apasionado, que ahora en su final luce resignado, enigmático y hasta lírico. Le regalará su ausencia y apreciará su presencia de ayer, vagará por los atestados e inmemoriales secreteres que contienen la historia de ese amor en palabras recortadas solitarias que matan el vacío frío de espanto paralizante. Se construirán narraciones bucólicas, idílicas con la pluma enriquecida en reflejos vanos sin llegar a comprender la madura esencia, complicada, inocente y salvaje, esas nostalgias inseguras que nacen del amor impalpable, único, relicario azul. Su piel toda, su espalda, sentirá irremediablemente el posar de las manos y hasta el aliento fatigoso mensajero de antaño, sentirá que no hay después ni hubo antes y la bajante del río místico le mostrará el fondo de aquel en el que se vieron reflejados en un suspiro infinito de arcillas y camalotes que ya no viajan ni flotan, yacen estancados esperando su fin.




Beatriz Graciela Moyano
30-01-2012
Rosario-Santa Fe
Argentina

lunes, 23 de enero de 2012

Y...Ahí!


Y… AHÍ!

Y… ahí en el sendero…
donde dejó sus últimas vestiduras,
también quedo el último gesto
del personaje vivido.


Tal vez regrese, después,
con el cansancio de los días aciagos
y se calce un nuevo disfraz
a la medida del espacio oportuno.


Puede seguir el camino marcado,
cansado sin vuelta atrás
o tomar el atajo, con un nuevo maquillaje
a la aventura de un sueño.


Careta de cartón pintado
donde esconder el rubor
y la tristeza de las turmalinas,
protectoras oscuras de las horas.


Y…ahí, donde dejó la lápida
con su nombre, no crecerá ni pasto,
la desolación vagará en busca de consuelo,
escrito de tan solo dos palabras…



Beatriz Graciela Moyano
23-01-2012
Rosario –Santa Fe
Argentina

viernes, 20 de enero de 2012

En un día de lluvia


En un día de lluvia
Ayer llovió, la lluvia le da sonrisas al rostro, suavidad a las manos, gotas cristalinas y ese aroma a tierra mojada, son placer hecho ramo de magnolias sagradas de las vertientes del cielo. Sus ojos brillaron y olvidó por un momento que estaba envuelta en sombras, olvidó que quedó vestida para la ceremonia y se fue, en uno de esos días en que la lluvia fue ácida, verlo ahora, fue volver a sentir dicha después de tanta angustia, la rutina se rompió en cuanto filtró su resplandor, mientras fluían las palabras cargadas de encanto, conquistador, seductor incorregible, con ojos de esmeraldas, envuelve y somete a sus designios enmascarados, acrobáticos esquemas sin poesía, se le borra el dolor y sus motivos, no recuerda nada, la felicidad se arremolina en su contorno, deja que la lluvia la moje estallando entre sus brazos esos cuerpos humeantes al contraste de la brisa mojada, con las rosas ruborizadas de tantos besos, los suspiros se dejan sentir en el silencio de la noche, después, sirve algo espumante para brindar, la nariz cosquillante entre las burbujas de esa copa que embelesa, apoyando sus labios en el borde, apenas los humedecía, siempre fue uno de ritos con su amor, para besarse a la distancia. Amado manipulador de las pausas, de los silencios, alimentas las furias, para alimentar con ellas sus propios deseos de solitario por elección y satisfacción, para luego, en el momento oportuno a su zarpazo, sentirse amado nuevamente, una y otra vez hasta la nueva pausa de hastío o fastidio de lo que sintió encanto. Su amor tiene el tono triste a una baguala cantada, esa nostalgia a despedida apenas comenzada, se hizo así en una madrugada, en que la nombro en forma desdeñada, hubo relámpago, truenos y descargas de furias en vendavales, azotaron las islas de la magia. Siempre en la cuerda equilibrista, a punto de caer desde la barranca, esa es la sensación que los sostiene en la utopía y la mantiene pendiente. Pide un manto de raso suave piadoso a la cordura, desea los pélalos de rosas perfumados, no sus espinas, pero de punzadas se hicieron esas succiones a sus dedos, después la boca y la piel toda. ¿Donde el remanso, donde?, teme hallarlo, porque en él puede estar el fin del eco su voz, el fin de su mirada estática, del flamear de las cortinas en su alcoba desolada.

Beatriz Graciela Moyano
20-01-2012

lunes, 16 de enero de 2012

EL SOL ASOMO TIMIDAMENTE


EL SOL ASOMÓ TIMIDAMENTE

Algunas esperanzas a lo lejos
como cascabeles gloriosos
asoman los rayos, la flor violeta
en el jarrón la mira.
Y las nubes… a la espera.

Sólida y crujiente a la vez
siente los años en los huesos
y el alma con una sonrisa tensa.
La vida se escurre, vulnerable.

Olvidos de tiempo, por instantes
Fluir en hormonas susurrantes,
se callan al asomo tímido
del fulgor de rayos dorados.

Pesado cae el tiempo
pero vivo, en la certidumbre.
Aprender la magia del silencio,
para gozarlo callada.

La mirada en el horizonte
se corre, se mueve inalcanzable,
Y le cantó al silencio
para que lo alcance la melodía.

Cantares de cadencias misteriosas
Y el sol que asoma tímidamente cómplice.


Beatriz Graciela Moyano
15-02-2012
Rosario- Santa Fe
Argentina

miércoles, 11 de enero de 2012

SINCRONIAS



SINCRONIAS


Coincidencias y sincronías creando sortijas de celofán de colores perfumados en el espacio sin tiempo, cambios elementales de la evolución creciente, nos sorprenden, sacuden de asombro, nos unen con seres de frecuencias similares en sincronizadas acciones que producen fascinación, o nos apartan de otros de vibraciones discordantes.El hoy es muy perturbador con estas formas mágicas, lo que en un ayer lejano fue una botella lanzada al mar infinito, mensaje escrito navegante con destino incierto de playas solitarias, hoy es una sutil experiencia entre mentes, luces azules, sombras azoradas, marañas de realidades entre materia e ilusión, ilusión-realidad y un bostezo violeta filtrando sonidos que viajan y se encuentran escribiendo al viento un suspiro al unísono, las candencias sonoras de las voces mudas o respondiendo mientras se dirigen en ecos vivos las preguntas, subliminares uniones de mentes con trinos que nunca escucharán, hilos imperceptibles, lazos que parecen fuertes y se diluyen como espejismos en desiertos de arenas y vientos tan crueles como las distancias, entonces, mirando el horizonte con los brazos al cielo hechos ramas de plata y raíces en las plantas de pies aferrados, succionando la energía de la santa madre de las madres, busca una razón a esa comunión entre los sentidos sin espacio en sus sincronías. Causal y demencial en la entrega inaugural de insólita fatiga, al despertar del ensueño vio los ojos del ser que en soledad coincidente la condujo a la orilla, fue un instante, no más, como un rayo fugaz y la cegó la herida. Si ha llegado hasta aquí, hasta el borde de la barranca de su río marrón es para seguir en sincronía y coincidencia, coexistencia de vibraciones en el éter, hechizo de colores inexistentes y subyugante posesión, divina o diabólica, esferas altísimas o bajo astral, ya no importa, el viaje es en sí mismo y sin él ya no habrá ceremonias de nocturno incipiente, ni bosques de magnolios, solo una selva virgen de pasionarias entristecidas. 


Beatriz Graciela Moyano
11-01-2012
Rosario. Santa Fe
Argentina

lunes, 9 de enero de 2012

Sombras nulas




Sombras nulas



La abrazó el sol y aunque quemaba, soportó el ardor que producía, sincero se mostró el astro de los fuegos, éste soy, vehemente de calor en tus entrañas y madurez en los higos, morados de dulzor hasta secarlos, soy el rajante verdugo de grietas en tierra, también atardeceres naranjas en los lirios y si me quieres, me ofrezco, abrigo de los fríos. Si me amas borraré las sombras grotescas de los miedos, que en soledad oscilante, me has pedido, piadoso descanso en retirada al poniente, u oriente de recuerdos, al posible de sueños en muerte lenta, si quedas en el olvido del encumbrado y horado o catapultado vivo, ser de luces opacas que has querido, inmolada, quemada en la hoguera o convertida en Confucio inagotable manantial refrescante volver a amar en el amanecer de un nuevo día. Se anularan las sombras de silueta gigantescas, si has desvanecido. Filtraré en tu alcoba si me dejas un vilo, ha entibiar tus mantas a acariciar tu piel que esperé en destierro, obligado de tortura, mientras jugabas a amar y quedé desguarnecido, fuiste niña de mis sueños, fuiste mujer anhelada, eres el alma soleada, que doré en sutil brillo, apoyado en tus hombros sin que lo notaras, absorbí los sudores perfumados de hormonas solitarias, en tu cuerpo nacarado dejé huellas, rayos dorados, tatuados en el verano desértico minado de nostalgias sin sentido. Llegando la noche te abandono a la luna plata reflejada en el río, humedecidos ojos y el cuerpo libre a las sombras nulas, le prometió luz a la esperanza perdida, retirar las cenizas sopladas en ojos por la entraña putrefacta de la burla. Furia disfrazada en mansedumbre del guardián de las noches y custodio fiel en días descoloridos, ojos de mar que sonríen al pasar, solo si asoma la risa en los labios resecos de la desilusión. La abrazó la pasión del sol de este verano, la invitó a andar a la vera en el camino, con flores amarillas en su pelo. Qué va! solo busca refugio solitario para pensar, escribir y pensar, escribir y escribir...perdida sin vibraciones, desmembrada, fragmentada en finas partículas volátiles, invisibles. Y un adiós de espasmo paralizante
.

lunes, 2 de enero de 2012

CAMALOTE





CAMALOTE

A la deriva por el cauce de canales del río, en viaje de color desteñido por el sol abrasador de sueños perdidos, va el camalote viajero de agua dulce, costeando solitario en la intrépida y demencial partida, a la aventura exploradora de profundidades que verá desde arriba, flotando, entregado a la apasionada y turbulenta carrera del río y sus afluentes, florece de celestes liliáceos como el cielo, bebiendo y pariendo hojas en extendido y carnoso verdor con purpurina desafiante a un cielo estrellado en una noche de verano encendido, en la esencia más pura y salvaje, de amar navegando libre, perezoso y placentero, camalote flotador, sol y nido, guirnaldas y collares, cuando el paisaje agreste subyace en él, tapiando brazos bautizados de las islas, va más lento, mientras crece y crece. Paraná, río bravo, amigo, amante, sueño pescador con frutos codiciados en sus redes, surubí, patí, sábalo y dorado saltador, jugueteando voraz en complicidad natural con la carnada tornasol que se expresa con total esplendor, atrevido pez brillante y burlón de fuerza y pelea por seguir las aguas turbias arcilladas. Y el camalote encaramado, solícito y solidario, presto a transportar en sus tupidas ancas a serpientes coloridas, que como templos paganos en movimientos se lucen ondulantes, cual cadera de hembra en celo, alertas vigilantes nocturnas y el camalote aquí en la aventura de vivir el Paraná, misterio de corrientes dulces, oscuras, claras a veces como los pensamientos que pululan en las mentes vagabundas, destino final el mar, donde lo lleva el ancho y brioso caudal de su río por los canales profundos y los dudosos remansos guitarreros, litoral acariciado hasta agotar el calificante poético. Es largo el viaje pero férreo en su destino de camalote azotado variable en su figura cuando el salobre espumoso lo sacuda y desmembre, sin remedio, juntará sus verdores uno a uno para rearmarse y seguir costeando playas hasta reconocer la silueta amada en su silente letargo de nostalgias.

Beatriz Graciela Moyano
02-01-2012
Rosario. Santa Fe
Agentina