BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

miércoles, 27 de febrero de 2013












EL SILENCIO DE LAS ALGAS


Desgarró su alma en un silencio de algas y se enterró en la arena mojada a terminar sus días. Fue un acto sin escenario, lo hizo de la forma más tierna posible, se fue en un sumergimiento lento, sutil confundiéndose entre los triturados caparazones de caracolas nácar, sin dolor, sin daño ni fisuras sobrevino la emigración para que quedaran intactos. Se adhirió a las rocas entre los berberechos en los acantilados de siempre. No ha padecido alteración, menoscabo o deterioro, es una esencia pura para eternizar. Imagen y reminiscencia preservada intocable, con la voz muy dentro compartiendo viseras, escuchando, libando versos con la suave música de las olas como fondo al eco irremediable.








martes, 26 de febrero de 2013

ES...QUE ME CANSÉ.









ES… QUE ME CANSÉ



Y es que me cansé del camino obligado, de la sinuosidad con curvas tramposas, de los casi ángulos, de la prolijidad de los folios y el brillo de los espejos en donde ya no hay reflejos, de esa última porción de torta respetada, del orden caótico de los placares, las prendas perfectas, las vidrieras y los precios de liquidación, la lucha en ardua labor, de la abnegación y renuncia con el sacrificio como ofrenda de pan y vino. La desconfianza de todos hacia todos, el plagio y la inseguridad como sensación en farsa. Dormir un sueño desprolijo, soñar y no recordar ni una sola imagen. El fin de los proyectos que ya no son, todo gira y gira con un día de veinticuatro horas, que es otra mentira, el reloj no se anima a contarle a nadie que el ritmo y la vibración han cambiado, ya no son veinticuatro ¡no mientan más!. El corazón se acelera en forma frenética, el ritmo se escucha en la garganta, es un registro que no vale en sonido para bailar, más bien asusta. Es…que me cansé! de las estructuras y de lo que debo hacer y ya no quiero ser, quiero andar descalza por la vida, por las zanjas con ranas, me aburrió la combinación de colores, las carteras y sandalias al tono de la hipocresía, los ensombrecidos te quiero. Las amistades que envidian y se arriman por conveniencia, los frutos rojos con sabor a menta, del melón que sabe a zapallo. Hay tanta falta de verdad... estoy en una penumbra con barrotes invisibles, presa de horarios que no deseo cumplir, solo deseo volver en una lenta y sagrada involución a ese ayer donde la casa era mi templo, ahora tiene una ligera bruma que la opaca, aún así en cada rincón, espacio o pared hay rastros, huellas artesanas de mis manos, volver…pintar, patinar madera, colgar cuadros, dejar disolver un pedacito de chocolate en mi boca mientras cocino, dar reiki y amor las plantas, dejar de tirarles un riego cuando veo que ya se secan los malvones del balcón. Qué no daría por regresar al tiempo de la verdadera esencia, poner a la luz de luna el canastito de las ágatas, amatistas, turmalinas y citrinos y concentrarlas de esa energía que cure los males, pero que no sea por que deba hacerlo, sino que ame hacerlo. Qué cielo se abrirá para mostrar el más allá... es que me cansé.

Beatriz Graciela Moyano

jueves, 21 de febrero de 2013

EN EL PAISAJE













EN EL PAISAJE


Trascender, perdurar en el paisaje, ser la rosa o la dalia del jardín de tu memoria, como la roca pulida por las lluvias de los tiempos, así como la tímida iguana que perdió la cola y no se dejó ver por vergüenza en la tarde calurosa, no salió de su cueva bajo la piedra en el 444 de la calle El cardenal que baja al río de las cascadas de cristal, con esa fuerza que no se ve, aunque se escucha el rumor del torrente, más allá la calandria que se posó en el arbusto pequeño hamacándose en la rama… siento el balanceo en mis propias alas, es la magia en el paisaje, un instante más, unos pasos más, sobre las piedras y gramillas que se mezclan bajo mis pies, hay flores rosadas y revolotean las mariposas negras con franja amarilla antes del borde de las alas que me empeñé en capturar en imágenes sobre ciertas plantas florecidas, cuentan que al sorber el néctar las mariposas liberan una dulce ponzoña y las impregnan de esa misteriosa sustancia venenosa, hechizo cruel para esas flores… me trae el recuerdo de aquel día en que te sentí cerca por primera vez. Absorta del paisaje, con un embeleso inusual me detengo en cada detalle y veo duendes que tal vez solo existen en mi imaginación, un sonido extraño me saca de éste casi trance, una sirena de alerta parece, el anuncio de la creciente del río, porque diluvió en las cercanías y viene bajando un torbellino de agua revuelta desde la montaña cargada de troncos, ramas, piedras que se sueltan con los rumores de otros acantilados, agua, agua y resaca, hay nubes oscuras tapando el sol, vienen cargadas con sueños de otros amaneceres en pensamientos. Aquí, la paz de los insectos que se muestran y un sin fin de verdes a la distancia de todo, sin desgarros, es la sonrisa de la vida en el paisaje con tu infinita presencia, siempre cerca tu mirada sedienta me besa, me haces trascender, perdurar en el paisaje amado mío.