BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

domingo, 10 de septiembre de 2017

ASÍ, SIN MÁS NI MENOS




ASÍ, SIN MÁS NI MENOS





Muerto está desde hace tiempo el orgullo, esa vibración deslucida e incoherente. Cada beta o pincelada dirigida al lienzo sin pintar que cubre los ojos, se establece cegando el tiempo que así, sin más ni menos, queda borrado con el sonido de los vientos que azotan las ventanas, en esta noche de tormenta convulsionada.

Recordar los episodios con intensidad desmedida, altera el significado real y la sustancia de los hechos. Decir basta, es decretar el final de los verbos sombríos y delirios en las misivas de hace años. 

El hoy se encuentra centrado en un mundo real, sin perder la magia de los asombros para la creatividad. Indiferente al resentimiento burdo y primitivo que genera ese orgullo que aún muerto, reniega de su caparazón roto, incapaz producir otra cosa que apatía. 




Beatriz Graciela Moyano

lunes, 7 de agosto de 2017

ME ENTREGO A TI



ME ENTREGO A TI

Sin metales ornamentales, sola, limpia, blanca y denuda a tus manos me entrego segura, tan confiada y serena como  inocente. Bendigo tus manos, hoy y para siempre. Me entrego a ti, al  frío agosto y sus designios. Cerraré los ojos para no ver la luz sin fulgor, que el temor se diluya en la entrega. Ronda mi sueño profundo ángel-verdugo con el instrumental afilado de precisión. Alejo todas las dudas, cada incógnita y te doy ... el mejor regalo de mi universo, un escudo protector de energía lumínica, luz verde de sanación y verdad. Me entrego a ti, a la esperanza del sol al final de tu caricia. Déjame soñar un rato en la alborada placentera, horas reparadoras para mi cuerpo fatigado. Decreto y declaro un mañana pleno de vitalidad. Me entregó a ti, confío en Dios y en el Ángel verdugo.


 Al Doc. Pablo Mariani Rovea. para el 19/9/2017

viernes, 12 de mayo de 2017

ORUGA














ORUGA



LARVA SECA ABANDONADA.



Hace tiempo ya, se quedó dormida, entre sueños azules dentro de ese capullo abandonado y seco ahora. 

Recuerda que en algún tierno momento, dejó para desplegar alas con fuerzas. Vuelve, como tantas veces a recomenzar. Lepidóptero de olvidos que súbitamente se han borrado. Ya es tiempo de reparar las luxaciones de cuerpo y alma, imprecisos movimientos, torpes y cuidadosos la enfrentan a las piedras antiguas, que vibran aún en las cercanías de la guarida eventual... Como casi todo, causal e indefinido. La mente trabaja en varios sentidos, el más frecuente es recuperar. Tiempos, espacios, poesía en el brillo de los ojos, que cada día sin cita previa se encuentran con los suyos, individualizando los enigmas. Redimir, cree que encierra el misterio del verde de las plantas, del color de las flores, de la infinita variedad de las ágatas, del negro poderoso de las turmalinas y también de la filigrana de sus alas. 



Beatriz Graciela Moyano
13-05-2017

viernes, 7 de abril de 2017

DOS FANTASMAS AMBULANTES



DOS FANTASMAS AMBULANTES

Los escalones estaban tan fríos como las almas, solo los querubines visualizaban la presencia de los imperceptibles. Resonaba el coro desafinado de los nocturnos místicos en contemplación que saludaban al verlos blancos deambular. Sin pensamientos, sin ningún acierto saltaban a lugares nunca recorridos en sus vidas de solitarios desguarnecidos. Idealizaron circunstancias de singulares características muchas veces, ahora...no saben qué hacer con esa alucinación, son dos fantasmas ambulantes sin anhelos. 

Cada quién ocupó un lugar sobre el octogonal azul desplegado, solo se miraban, ella sumida en un repaso de situaciones vividas, ¿cuántas veces calló su voz queriendo gritar algunas injusticias? También pensó en el divagar de su vieja madre que de tanto en tanto, elaboraba edenes de hipocresía, en las manipulaciones de la tía que sufría al pensar para quién quedaría todo lo atesorado y cosas así, la cuestión es que ambas la enterraron... cero herencia ¡qué ironía! Él, quién sabe dónde volaba, aunque fijas las pupilas de vidrio reflejadas, cada uno estaba en sitios distintos. Para los seres invisibles eran dos tórtolos gorriones ensimismados. 

Luego volaron hacia esos bares de los ensueños, todos estaban cerrados, igualmente entraron atravesando ventanas, puertas y espejos, son almas sin quehaceres y sobrada demencia. ¡Faltaba algo primordial! el aroma a café recién molido y el vapor en el aire, hicieron un alto para la sonrisa y fabricaron la sonoridad de las copas que tintineaban de a ratos, pero la mente femenina y rebelde permanecía aferrada a algunos recuerdos terrenales, generaba tormentas que la encerraban dentro del cofre de intensidades fallidas, la vida pasó en forma vertiginosa sin permitirle recordar momentos felices de la niñez, no alcanzó a desbloquear esa etapa. 

A una hora determinada las puertas del bar se abrieron velozmente y aparecieron los frecuentes a degustar como de costumbre los platos de la casa, en mesurada cordialidad al alcance de sus ojos. Podían ver y escuchar solo ellos y algunos serafines sensibles al tacto y la emoción, notaban un brillo diamantino en sus ojos y la sonrisa leve al entrelazar uno a uno los dedos despoblados de ornamentos

El ceremonial tuvo su fin como castillo en el aire, aquellas ilusiones de caracoles y libélulas se desvanecieron de forma inexorable. Se miraron fija y largamente antes de desaparecer. Hasta la próxima cita parecían decir... sin decir nada.



Beatriz Graciela Moyano

viernes, 3 de marzo de 2017

SEPULCRO TAXI




SEPULCRO TAXI

Acostumbraba levantarse a las siete de la mañana, ponía la pava para unos mates mientras se afeitaba para lucir prolijo. Todo en absoluto silencio, para no despertar a nadie. Martín comenzaba a rodar por la ciudad a las ocho de la mañana, por entonces transcurría un frío invierno. Salió a la calle hacia el garaje, mientras enroscaba en su cuello una bufanda a cuadros blancos y negros que le quedaba muy bien, resaltaba sus ojos claros. Por los bordes de la gorra se dejaba ver su pelo castaño. Martín era un joven muy bien parecido. Caminaba ligero dos cuadras tarareando una canción, se dirigía a buscar su coche taxi, lo ponía en marcha mientras frotaba las manos para darles calor. ¡Todo bien, a trabajar!

Cada día era una experiencia distinta, escuchar la historia de los ocasionales pasajeros, el mal humor de los retrasados, lo cotidiano. Él era bien educado y gentil, tenía estudios secundarios y por vicisitudes de la vida no había continuado la universidad. Había tomado ese trabajo hasta que consiguiera otro acorde a su gusto y mejor pago, igualmente lo hacía con alegría.

Nunca imaginó que ese día fuera a ser tan distinto a los demás, nunca. A medio día acostumbraba almorzar en un bar donde paraban varios del gremio, algo liviano, ligero, porque había que seguir.

La tarde se presentó fría pero soleada, una hermosa tarde pensó. Había trabajo, varios viajes en distintas direcciones de la ciudad, lo que se dice bien activo. Martín lucía una bella sonrisa esa tarde, parado en un semáforo, su mirada se encontró con otra irresistible para él, la miró hasta que el coche de atrás avisó con la bocina el verde, puso luz de giro y dio vuelta para ver si la volvía a encontrar. La muchacha también había quedado extasiada por sus ojos y estaba allí parada simulando esperar a alguien más.

Con una sonrisa pícara Martín le pregunta ¿esperas un taxi? ella sonrió cómplice. – Sube por favor...y subió al taxi por la puerta de atrás, él le abría la del acompañante, ¿dónde te llevo? -Mira no quiero que te equivoques conmigo. – Nada, no temas, dame tu dirección y te llevo a tu casa. Es un placer para mí y si conversamos, mejor todavía.
¿Cómo te llamas? – Sofía... y el viaje continuó con miradas por el espejo y preguntas sobre trabajo y estudio de uno y otro, cuando llegaron a la casa, Martín le dijo: Sofía eres bella, me agrada tu forma de decir, tu voz, toda tu persona, me encantaría volverte a ver ¿qué dices? Paso a buscarte para que vayas a la oficina, ella sonrió asintiendo con la cabeza. Era el comienzo de algo lindo los dos lo presentían. 

Esa noche ambos se pensaron de mil maneras, repitieron las miradas en la oscuridad de la noche, sonaron en campanario los ecos, voces y sonrisas se dibujaron hasta que los venció el sueño.

A las siete y treinta sonó una bocina en la puerta de la casa de Sofía, ya estaba perfumada y dispuesta, tomó la cartera y salió. Allí estaba la sonrisa y los ojos enamorados, se saludaron y él le pidió un favor: hermosa Sofía...¿puedes recoger tu cabello con esta hebilla? Quiero ver tu perfil, tu piel, no sabes cuánto disfruto estar en tu compañía. Abre la guantera, hay algo para vos ¡chocolates! dijo ella sorprendida por el detalle.

A partir de ese día siempre que se encontraban, al subir al coche recogía su cabello y buscaba sus chocolates, se enamoraron profundamente, se amaron desgajándose en besos. Nada era motivo de regaño o discusiones, él la veía y se le secaban los labios de ansiedad, ella los humedecía suavemente, las ceremonias apasionadas se agigantaban día tras día, la miel se deslizaba entre los dos.

Martín cada vez se levantaba más temprano, con el canto de las alondras. Feliz rodaba por las calles en el taxi, corriendo al tiempo para ganarle esas horas de las delicias, las horas de Sofía. Pasaron meses de inmensa felicidad, sus horas juntos ya no transcurrían dentro del coche, una cabaña los cobijaba, donde las manos incansables serpenteaban por los cuerpos.

Se amaban una y otra vez, como si cada una fuera la primera, ella contaba sus lunares mientras él acariciaba su pelo y lo ponía muy cerca de su nariz para llevar ese aroma hacia lo infinito. Por un momento ambos se quedan pensativos y luego siguieron besándose en forma desesperada. Martín rompe el silencio de las bocas y las manos inquietas... Sofía, mi amada Sofía, eres única, has llorado sobre mi pecho luego de llegar a la gloria, ¿puedo saber porqué? No lo sé mi amor es algo incontenible, es todo tan perfecto y maravilloso que parece irreal... a Martín sus palabras le calaron el alma. Esa noche se despidieron abrazados, fuertemente emocionados, la vio irse hasta que entró a su casa donde vivía con sus padres, demoró su partida sentado en el coche. Aquellas palabras de Sofía resonaban en sus oídos.

Al día siguiente Martín lucia preocupado al llegar al encuentro, la beso con ternura. Sofía intuía por primera vez que algo no andaba bien, faltaba la alegría de cada cita. Las primeras palabras fueron de Martín; mi dulce Sofía, mi vida hoy no iremos a la cabaña, pasearemos por la ribera bien cerca del río a buscar un lugar, el que más te guste, ahí donde flote la poesía pararemos el motor para conversar, hay algo muy importante que debo decir.

Esa noche no recogió su cabello ni buscó el chocolate en la guantera, viajaron en silencio hasta que dijo; aquí mi amor, aquí está bien Martín estaciona de forma que ambos observemos el agua y las barcas en su navegar. Sí, dijo él.

Sofi, el día que nos conocimos, ese mismo día nos enamoramos, pensé que era algo pasajero, que ambos dejaríamos de escuchar este coro de ángeles con cada mirada en poco tiempo, pero no ha sido así, en estos meses cada página ha bordado un inolvidable amor, eres tan bella y especial para mi...Sofía no resistía más, las lágrimas brotaban de sus ojos sin comprender, él la contuvo entre sus brazos, bruscamente lo separó diciendo; vamos Martín continúa por Dios. Sofi, no mereces ser engañada, este hombre que te ha estado amando y te amará por siempre... tiene familia, con hijos, perdóname por favor. Te amo tanto, tanto que no puedo seguir ocultando esta vida mía, ahora tienes la verdad y también la decisión.

Se hizo un silencio sepulcral, por unos minutos nadie hablo. Las lágrimas de ambos, solo las lágrimas expresaban la muerte de las ilusiones, un murmullo apenas audible salía de los labios de Martín, te amo, te amo... un momento después Sofía comenzó a quitarse la ropa, una a una se quitaba las prendas que la cubrían y las ponía sobre él que estaba absorto, mírame dijo ella ya sin lágrimas, él bajó la vista pues su actitud le resultaba intrigante. ¡Mírame! ¡Así vine al mundo! Lo sé amor, pero... Abrió la puerta del taxi y Martín quedó paralizado, la vio correr hacia la barranca desnuda con su pelo suelto, para nunca más.





Beatriz Graciela Moyano

viernes, 3 de febrero de 2017

"ANESTESISTAS" (INFORME, NO ES POESÍA)


"ANESTESISTAS"

Un día "Chiche" Gelblug hizo un programa hablando de ellos, diciendo el porcentaje de adictos a la morfina y otras drogas, se armó un revuelo impresionante!!!Yo temo decir lo que me pasó en un sanatorio de Rosario, no fue abuso sexual, No! Fue otro tipo de abuso,el abuso del que te tiene en sus manos sedada, un abuso violento. Pero es mi palabra contra la de él y se que no daría resultado alguno. SE VENGÓ DE UNA INOCENTE QUEJA QUE REALICÉ EN MESA DE ENTRADA. 
Como yo tuve dos cirugías en quince días y el la primera había sentido todo pero sin posibilidad de moverme o hablar, pregunté en mesa de entradas si se había perdido la sana costumbre de la cita con el anestesista, porque quería comentarle lo sucedido. PARA QUÉ!!!! DE ALLÍ LA VENGANZA.
YO ESTABA ESPERANDO YA EN CIRUGÍA, EL ANESTESISTA SE ARRIMÓ A MI CAMILLA CON CARA DE "LOCO", DICIENDO: SOY YO, ME VES? NO ENCUENTRO LA VENA....ASÍ QUE BUSCARÉ ACÁ! DIO VUELTA MI MANO Y COMO SI CLAVARA UNA LANZA, DIJO AQUÍ EN LA ARTERIA, Y CLAVÓ EN FORMA DESPIADADA. Eso y más se dilató en las siguientes atenciones.... cada vez que llegaba al sanatorio por algo, comenzaban atendiéndome bien y cuando miraban mi historia clínica todo cambiaba, ERA EVIDENTE había abrochado a ella el reclamo me había hecho. Todos hablan de denunciar, pero sabiendo algo de derecho...es la palabra de desconocida escritora para muchos, contra la de ese ser despiadado, o adicto tal vez, no lo se. Ahora tengo pendiente una operación de cadera y femur, prefiero seguir tomando calmantes. Pronto iré a retirar mi historia clínica al Sanatorio Los Alerces de Rosario.