BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

NUNCA MORIRÁ



NUNCA MORIRÁ

Los tesoros del alma nunca han de morir, son esas vislumbres de brillo insospechado. Ojos de mirar profundo, la sonrisa trepando planetas inexplorados y el sentir que posees las llaves del universo que te besa con legítima ternura. Rozan tu pelo con la mirada lejana en atisbo sutiles palomas blancas, se ven encaramadas a las nubes más altas, surcando el cielo, flotando libres. Y como todas las manifestaciones sublimes, crean recelos conflictivos, envidias y prejuicios. Sacralizadas maldiciones solapadas llovieron desde puntos equidistantes, justicieros cultos y condenas, pero nunca morirá, no dejan que muera, hay energías contrapuestas en los que encomiaron su recuerdo sonriendo al indecible nombre y en la hiel que destila un despecho anómalo que enaltece su mirada. A estas alturas llanas, ha renunciado, abandonado utopías y quimeras. En el resto de vida, seguro andará en sonambulismo por algunas noches explorando sin conclusión las habitaciones, despertará sobresaltada por el maullido de un gato solitario en la azotea y deambulará desnuda por los sitios cotidianos con la pancarta en arco iris. Colores iridiscentes y frases en trémula solicitud de indulto a las idiotas actitudes del ayer, del hoy, ha muerto y resucitado mil veces pero se han agotado las vidas por vividas y no sé si sea esta la última en este cuerpo. Nunca morirá por qué no la dejan morir, los renglones gritan su nombre de distintas maneras, algunas caricias lozanas y el arrepentimiento de los muertos vivos. No la dejan morir, escriben y escriben, reviven el título sin bosquejo ni borradores, virginal de ternura, esbozo de escritura elegible y soberana mía, única en la proscripción que se esconde y da zarpazos.

Beatriz Graciela Moyano

sábado, 14 de septiembre de 2013

VOLVIENDO DE UN VIAJE








VOLVIENDO DE UN VIAJE


Así, como volviendo de un viaje ancestral de reconocer la ilimitada abundancia. El aroma a jazmines se siente subyugante, aspirar una y otra vez su dulce fragancia hasta hundir sus pétalos en los inhalantes cofres que guardan las perfumadas joyas en aromas con memoria sutil y fértil en recuerdos. Felicidad del regreso, con el pulgar en alto aprobando la verdad del Yo Soy resonante, suavizando disidencias, la luz envolvente violeta gira y gira en derredor, bendita seas transmutación de los errores perdonados ignorados, exculpados para conciliar las almas. Disfrutar de los instantes mágicos de felicidad mirar el sol sin encandilarse y embriagarse de luna. Que somos si no seres en constante proceso de evolución esperando la armonía preparados en túnicas blancas de suave seda la ascensión junto al planeta que nos cobija. Colgada del cartel de poeta transmitiendo versos del alma etiquetando las letras con firma de autoría, con la jactancia de los derechos adquiridos, sin darnos cuenta a veces, que está casi todo dicho. Me pregunto…que eres? como eres? que luz emanas a los que te rodeas, quién eres en tu pequeño mundo, de que color son tus sentipiensos por que de acuerdo a tus colores te ven los maestros ascendidos, buscándote un lugar, el que te corresponda sin juzgar ninguna actitud solo acompañando la sincronía del color. Y así, como de regreso de un viaje comenzar la nueva etapa sin máscaras, despojada de hipocresía, cada día más liviana la carga. Cataratas de lágrimas en las emociones, jamás por el dolor físico que solo hace más grande la queja, si todos los dolores que hemos tenido y tendremos nos los hemos creado con resentimientos, ira, envidia y rencores y vicios cristalizados en el músculo sagrado que lucimos en el pecho brillante escarapela bordada, o en la mente, disco rígido agotado de falsa información. Me gusta sentir que estoy volviendo de un viaje sin retorno a mi pequeño mundo de afanes puros donde el beso, el abrazo, contengan la maravilla sentida y afectuosa del calor interno verdadero para el que recibe y que sea una tierna “enfermedad” un raro virus transmisor contagioso. Y aunque todo este dicho, lo seguiré diciendo de una y mil distintas maneras para no perder la veta poética que cuente de cadenas y libélulas de soles e inspiradoras lunas de los romances vividos, soñados o inventados, con el fervor de las pasiones más ardientes o el sabor aún vivo en esos labios enamorados, recuerdos de amantes que dejaron marcada la piel y encendida el alma con la flama eterna hasta el regreso de este misterioso viaje.


Beatriz Graciela Moyano