BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

domingo, 30 de octubre de 2016

OTRAS ETAPAS, REFERIDAS





OTRAS ETAPAS, REFERIDAS



En el resurgir de cada sol sus soles resplandecen con destellos de obstinación que rozan la intransigencia, obstaculizando la presencia de los nacidos en su misma época, se distancian. Los ve alejarse sin advertir ese éxodo de difícil regreso, observa... La peregrinación es equivalente a una marcha de religiosidad deslucida, pero permanece eclipsada, bella y traslúcida bajo una máscara absurda. Cada etapa, cada ciclo disparatado e inadmisible, deja sedimentos en su delicado rostro, son estelas sin brillo, erosión electrizada que la deshoja ante la mirada atónita de sus vástagos. Esconde el caos, eso la deprime, pobre reina adormecida, fue amanecer de sol y nido tibio en el vaivén de su loca algarabía, ahora funde secretos silencios, transpira furia por la deslealtad inesperada y deja un sin fin de prioridades a la suerte mientras su talle se angosta. Sola habla con los espejos, se ve hermosa a pesar de los opacos fanales. Es una nube desgajada en los misterios, es noche estrellada con risa histérica y sin luna, con alas moradas de espanto. Amanece a pleno sol, han calcinando sus ojos abiertos, traspasó la imperceptible línea divisoria. La mariposa escarlata poco ríe, no sueña ni llora, exánime vibra y se desarma. En el final de la obsesión anterior había pinceladas de rojos en sus grises, ya no. Tendida cerca de la laguna infinita de su mente...piensa y sigue misteriosa.

martes, 11 de octubre de 2016

REFERIDO A LAS ETAPAS (ejercicio literario Nº1)





















REFERIDO A LAS ETAPAS (ejercicio literario Nº1)


Un techo brillante de estrellas, que fue algo más plateado que cielo nocturno, casi un regalo de lejana visión, la venida de un nuevo cielo, y ciertamente hay uno ahora, pestillos carcomidos, base en olvido de los sin cerrojos palpitantes, inquieta vuela, liberada. Y cuando el sol muere en todas sus épocas y renace otra vez en su eclipse sensorial, ignora la faz sin reconcilio con la esencia, mira el reverso, como cruz clavada, para que se rinda un entorno lisonjero a la gaviota de poder grupal, ve los grises rojos. Circula absoluta, con desmesurada sonrisa de diosa inconclusa, elixir inherente... la desidia. Y dicho así, solo dibuja una de las referidas etapas, pues no hubo infinitud en nada, se conjugaron los tiempos compuestos de ciclos efímeros, se huele la sal y no hay viento marino, es necedad. Hay soledad y orgullo escénico, eclipsada ella, se convertiría en un nuevo ser, con la fortuna del aprendizaje.



Beatriz Graciela Moyano