BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

jueves, 27 de junio de 2013

ARENAS DE OTOÑO


      ARENAS DE OTOÑO
L
a vida desde siempre fue irreverente, la miró de soslayo con soberbia, desde que era una niña y se sintió amilanada. Con saltos y en vuelo rasante de gaviota pescó algunos triunfos, que cuelgan de su cabellera rizada, ahora las muecas del destino lastiman de forma indeleble, perenne y algunas flores se niegan al asombro en depredados jardines y partirá en viaje de descanso aprendiz. En las playas de dunas ariscas, será arena para el reposo cansino de alguna estampa sombría y taciturna. Arenas a los pies de huellas mojadas, del cuerpo tendido al sol del pensamiento para hundir el rubor, el desaliento o la vergüenza. La humillación la hizo sentirse arena tibia callada, con la modorra del atardecer otoñal que se aproxima y se hará largo de ausencias. No tiene soledad, la busca desesperada, su mente se aísla en compañía, huir, desvanecer entre el gentío a las arenas que esperan en noche solitaria, que refresca y rejuvenece, deseos de soledad en la noche de lagartos hundidos y silencios. La mañana del día después aletargada seguir en fantasías de arena gruesa que castiga en vientos, que duele en la piel sensible, excitable, dibujando sombras en playas penitentes, con los desguarnecidos muertos del olvido en los rojizos tintes de un otoño que se desprende sin comenzar la ardua tarea deshojadora, la nieve quiere adelantar el curso del tiempo y ésta nieve claudica en arenas de caracolas marinas deshechas con aureolas de espumas retraídas, arenas solitarias esquivando deseos confusos, como huellas de cangrejo en su andar desprolijo, ladeado, con sus pinzas afiladas que no solo sirven para inmovilizar a su presa, paralizarla, en resonante tamborileo usará también para el ritual de cortejo y apareamiento, que observará fascinada, siendo arena, brillando al sol de sus enojos con la vida, se mudará de las costas al desierto penetrante, viajando en el viento sin ponerse freno a la hora de enfrentar a las tormentas, pagar el precio a las decisiones es la consigna y recoger los frutos regalo del cielo al final del camino. Conocerá los sitios dorados de abundancia y a los avatares reunidos que reinan en sus templos.



jueves, 20 de junio de 2013

ENCONTRARTE




ENCONTRARTE







Encontrarte siempre, saber que estás cerca mirándome, con esos tus ojos de todos mis sueños en los que habitas como una dulce condena, estás, te siento, tras los vidrios nublados de vaho donde apenas soy un reflejo de locas ansiedades, afuera llueve y hay un viento helado sacudiendo los ficus contra las ventanas y el balcón de los malvones quebrados en ausencias, pero sabiéndote en mí, la soledad es solo una palabra entre de las piedras obsidianas brillando en sus matices sanadores para el alma, hay una búsqueda constante de todo y desde siempre, mucho antes de la época prehispánica, cuando el universo nos convocaba a las caricias y no me sabías nacida, solo me presentías en las orillas de un río, amanecida. Siempre, como agua de lluvia sobre los rosales, como las hojas amarillas de mi otoño y el tuyo que se combinan en clamor de pájaros azules o salamandras de fuego amarillas y negras liberando sustancias irritantes cuando los días se inundaron de celos y despojos, sin saber qué piensas mientras me buscas cuando la ausencia llena el silencio y traes un canto inolvidable de nostalgias asomadas a mi nombre, poblador ancestral de sueños, en un constante abrazo de luna eclipsada. Haberte encontrado tiene esa magia de leyenda impredecible, emociones y algunas complicidades poéticas con el ensueño de apaciguar los amarillos furiosos de esos girasoles que siguen curiosos a los soles vigías. Tiempos de conjuros, de luz difusa que volviste brillo de cuarzos y micas al saberte cerca, quebrando los espejos del silencio en la noche sin luna, indiferente. Te encontré mientras exploraba minuciosa la poética solitaria de la melancolía y los caminos, los mares y prados, las rosas desvanecidas y los escombros que no vi, complejidades que surcan las mañanas escarchadas en las que no me encuentras, escuchar las palabras detrás del silencio de tumbas vacías y las caricias de cielo en tus manos inquietas. Hallé un mensaje cifrado en el laberinto de tus emociones, pero te gusta jugar al olvido a veces o buscarme en la espesura rebelde de mi pelo, siempre… y en ese siempre, siempre me encontrarás. 



Beatriz Graciela Moyano

Junio-2013-

jueves, 13 de junio de 2013

VIVIR, ESTAR, EXISTIR




VIVIR, ESTAR, EXISTIR 




Existir, estar, vivir con la evidencia colorida y dulce de no transitar como sombra inadvertida, estremecida cuando mencionan su presencia y los efectos, con la voz justipreciada en leve reproche fue la palabra, seria sonrisa de estrellas que sintió emocionante luz de luna, suave deslumbre con empalizada filosófica de roca consistente o Lonsdaleíta de brillo diamantino. El fragante e insinuante amanecer se hizo gorjeo y el dolor de ver al instante la hilera de pájaros muertos, envenenados de plaguicidas, después fue réplica a la aparente intrepidez que amanece en los jarrones llenos de flores, al vivir con algo de la noche y algo del día detenido. Estar, existir y simplemente ver la mirada en esos ojos que suelen idolatrar las lluvias, encadenada a los plenilunios de estelares sueños. Una sonrisa espontanea y nueva recitó en versos, un cúmulo de colores con pinceladas de estilo en la sonoridad de la tela, balada lenta que no propició su luz, delirio vano inconcluso, absurdo existencial, ni se atrevió interpretar los versos. Quebró el poema que ya se había truncado, dormido en extenuado sigilo. Y hubo otras dulces voces y letras, evocando el mar profundo que llamamos universo, esbozando lírica incondicionales poetas con la voz del maestro y sus recuerdos, en un templo que deseó para pedir el regreso, la presencia de las metáforas construidas a la espera que devino en fuga hacia la muerte. Constante brisa de vértigo, sentidos en vehemencia más los persistentes acordes, trinos, perfumes y arrullos con la palabra viva, la vida en palabras y brillo creativo. Hoy ni la ilusión en caricias de ave rozando las mejillas trémulas. Amanecida con pereza en los ojos y latidos temblorosos discontinuos de besos oníricos en delirante evocación. Sombras perdidas en la bruma de esa playa, un amanecer cualquiera con ecos audibles de nuestras risas transparentes, sanas… y nada. En contrapartida, danza alegre y mágica que acercó la mañana inolvidable de misterio en el arroyo rojizo de los reflejos, secando las lágrimas que veía a pesar del universo en espacio y sucesos, se venía la ausencia y él la hizo catálisis, superviviente recortada en versos.



Beatriz Graciela Moyano

Junio-2013-

miércoles, 5 de junio de 2013

SU PROPIA IMAGEN




























SU PROPIA IMAGEN



Desde aquí todo se ve envuelto en bruma, solo algunos reflejos en los espejos rotos que multiplican las imágenes de todos y de nadie, ellos hablan de los tantos espíritus solitarios. Se queda quieta amalgamada, enredada entre tallos y hojas de la pared refugio de los pájaros que han perdido el vuelo, sentires y algunos quebrantos solapados que se escribirán en el libro de todos los muertos que una vez resistieron a entregar sus vidas a la sinrazón banal y exhalaron su último aliento de supervivencia para que sienta por quién doblan las campanas que le roban lágrimas secas al viento de los últimos desencantos. Su propia imagen se esconde al reverso de una lucidez, resguardada en un lugar de privilegio, esa enamorada del muro donde también se alojan las entidades de luz y elementales de la naturaleza a observar el todo, el infinito establecido en el vuelo de las aves y la muerte encallada en los hongos que se sienten perennes hasta que el sol los seca y pulveriza. Su asomo desnudo e invisible a los ojos del mundo, es el curioso y sonoro reír de los niños al salir de la escuela, se cuelas los adjetivos a la mente que esboza una sonrisa, después es el silencio entre gris y azulado de espera, cuando la palabra en su voz extendida se hizo audible para un sentir de quimeras, en precisos destellos de versos mágicos como pétalos rosados al viento cómplice de siempre...y los soplos de luz filtraron caricias que nunca existieron jamás se encontraron y nada pueden redimir. Como antes de aferrarse a la mansedumbre de las horas por donde la nitidez sonara de la música llega en sus noches, en las que aún no puede danzarle a su vida.



Beatriz Graciela Moyano

02-06-2013




lunes, 3 de junio de 2013

FIN DE OTOÑO Y FLOR DE NARANJO



FIN DE OTOÑO Y FLOR DE NARANJO

Termina un otoño de ocres dorados enmohecidos. Con la humedad que conservan las capas de hojas inmóviles por las lluvias, lloviznas y rocío, sin sol en este Rosario que se ha vuelto plegaria. En estos años de pérdidas y adioses de los que se fueron a acariciar el cosmos, de los que huyeron del barrio y de esas tardes que pasaban lindas entre risas y chimentos, el humo de cigarrillos rubios avergonzados formando nueves hasta que el viento liberaba su aliento, un programa para sábado, una salida divertida al “Bar Rojo” tal vez donde los gentiles travestis y homosexuales nos invitaban a pasar unas horas de humor y olvido con ese disfraz que esconde apenas la sufrida discriminación. Terror de las horas suspicaces, comienzan a temer reticentes que nada es verdad, que ya se esfumó la brisa de bonanza, que ya no es caricia, es condena al oscuro lugar donde habitan los absurdos. Eludiendo los controles, en fuga al escuchar las risas, verlos soñar, otros sueños, los sueños de otros... aterra, turba la razón. Azorada busco los nombres en los rincones del delirio no están, no… se han ido de nuestras vidas y es el desánimo de los versos que se oxidan, aturdidos versos en herrumbres de olvido, que no escribiré hasta pasado el invierno, cuando las nieves ya no sean eternas y el sol se digne a quemar la piel de los años. Entonces, solo entonces se harán recuerdo quizás, cansada de espera perseverante y de razones. Hay una música festiva a veces que disfraza las horas, camuflando la tristeza, oculta y pequeñita como una de las flores del naranjo, el azahar…





Beatriz Graciela Moyano

Junio-2013