BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

viernes, 15 de agosto de 2014

IMÁGENES










IMÁGENES



En la madrugada del mismo día, leía esas nostalgias escritas, fue un día de esos no aptos para elevar melancolías por las montañas nevadas, ni navegar sentires marinos con brisas refrescando el malecón. Los erizos surfeban olas bravas y el tifón de la tormenta no se había calmado. No quiso entender esos reflejos en remolinos que le hablaban como un eco disipado de niebla matutina. Se quedó observando el estado de cosas desde un punto equidistante, frotó sus manos, las sintió heladas por el frío y el viento que corría más fuerte dentro de su alma. Un hilo delgado separa la vida en dos láminas grabadas de aspectos diferentes, algo confusa corre la cortina que cubre lo más sensible en los días que pasaron, sacude las decepciones que tienen marcas de origen y se aproxima a las ilusiones que están abandonadas al otro lado del insomnio, las imágenes se suceden atenuando lo gélido del día, con un sol que se despide en el horizonte delineado por anaranjados rojizos, pide un deseo... se esfuman los velos de todas las faltas, de todas sus travesías inútiles, un sueño amanecido con la superluna de testigo, se quedó silenciado bajo el paraguas de las incesantes lluvias de otros inviernos y primaveras y veranos de ambos. Con los ojos cerrados, los labios sellados, arrojó al precipicio del olvido las arenas que se alojaron bajo las uñas, para no expulsar su nombre de un grito que despierte a las imágenes sin tiempo ni precio. 


Beatriz Graciela Moyano

-Agosto 2014-

lunes, 4 de agosto de 2014

ERRANTE



ERRANTE

Buscando, errante en el camino, pensando frases inútiles, recursos y trazos inverosímiles, se enredó en sus propias venas. Intentado desviar el curso de los riachos muertos, incluso bajo la certeza de que ante la primera creciente inesperada del ancho río, devastados y anegados quedarían. El cauce ineludible, no se detiene con bayas de humo. Fue un fracaso en el intento de crear instancias, con válvulas de escape y sucumbir en los desafíos a las leyes supremas del universo. Cabalgando sueños dio saltos a postas esperanzadas, ese revisionismo que rasga la tierra de sus ancestros, prisionera romántica de la verdad leyó cautivada e hizo proyectos que desvanecieron, derrumbados antes de nacer a su ilusoria arquitectura. Trepó obsesiones de orden, adicción y afición a toda arte, filigrana, toque de oro final a los marcos de cuadros o labrados con punzones y hierros candentes, lustre tintes y muñeca. Una caótica mixtura de todo y nada, escurriendo las verdaderas pasiones en una incomprensible dentellada a la juventud, que sin piedad comenzaba a pulverizarse como limadura fina de obsidiana volátil. Administraba miserias, mientras preparaba valijas para el viajero ansioso y activo, que dejaba correr el tiempo, amando de mil maneras y viviendo con ardua inquietud lo irrelevante que centellaba en sus anhelos. Los frutos cayeron maduros de la higuera después que el viejo disfrutara las tiernas brevas. Los ciclos se consumaron entre la estúpida autosuficiencia de una trashumante y bajo la ley convertida en alero y cobijo, de ese alguien que a destiempo evaluó la tolerancia que devino en el errante camino. Finalmente puso el mundo a sus pies, para entonces con los sueños volados, estaba vencida, a los pies del mundo y parecía no escuchar. Ahora son tres, él, ella y la misteriosa influencia de su desvarío.




Beatriz Graciela Moyano

-Julio 2014-