BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

domingo, 6 de octubre de 2013

EL ÁRBOL DE LA VIDA





EL ÁRBOL DE LA VIDA







El árbol que es la vida y la vida como un árbol y en él. Como tubérculo exuberante, la mágica silvicultura de alguien, sana, cura, en oscuro inframundo sus raíces, va trepando días, años con algunas dichas de vida y el tibio aliento de quimeras, con fuerza abrasadora, nudos en cortezas de esperas, resbalando trechos en desespero, trenzando lianas de escape hacia las nubes en la más profunda soledad. El bosque de cipreses absorbió sentimientos, la resina fue alimento de cactus y coníferas debilitadas, sus propias vísceras se han disgregado, desvanecido en misticismos, conectando filigranas de letras vencidas, advierte que han dejado de unir cielo y tierra por infortunio, obstinación y ceguera en la frágil morada de un dios magnetizado, sobre valuado en sus dones de noble predominar. La piel se hizo jirones en el reino de la brisa, devoró las ideas por nada, arde de prisa en la falacia de los jueces, escala buscando amparo en el árbol frondoso de la vida concreta, regalo del cielo sus altas ramas, nido de estrellas al divisar sin soñar, amar en escalas mecida de luna, florece en caricias de seda su primavera, con hojas de brillo verde esperanza de los sin nombre. Savia, sangre fluyendo plena de ilusión, la sonrisa mana mágica, copos de razón y Ser. Detrás de un olvido el ceibo florece rojo pasión insólita, en supuesta primavera que llega con amnesia de lejanos vínculos extraviados entre ramas y hojas crujientes de un monte canjeado a la cordura. Refugio de luz estrecho y compacto como la tierra donde se aferran las raíces en sincronizadas coincidencias, la lealtad de un lazo ciego, nada más, nada menos. Ahora es preciso quedarse quieta, muy quieta, se escucha crujir la rama seca, amenaza, frena el latido su corazón herido de nostalgias, cierne el pecho un desprendimiento y el temor acecha con pérdidas irremediables, es sentir de cerca la muerte en la mitad de un todo.




Beatriz Graciela Moyano

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