LA RAZÓN EN REBELDÍA
Bostezando lánguidamente tristezas, exhalando planes inconcretos que soñó un día, sustraída de las fantasías de la memoria, la encuentra la razón en rebeldía. Como le explica pesares, si quiere analizarlo todo, como le dice que muere un poco cada vez que entierra una gardenia azul marchita del jardín maravilloso de sus sueño ocultos. El vaivén ácido de los días espera las diamantinas aguas que cual cascadas de sangre purificantes la bañen e inviten a flotar radiante de sol tibio en ellas y desde allí mirar pasar a la felicidad con sonrisa casi burlona y ese aire bella reina soberana que la irrita, sorprenderla y de un zarpazo feroz, ansiosamente prenderse de su cola, azul alada y permanecer aferrada a ella cual perla en evolución a su casquillo encantado, para que la lleve a experimentar sus andanzas y osadas aventuras. Tan solo un rato vestirse de locura, con tintineantes collares brillantes, bajo el pálido fulgor de la luna, sacudirse en su veloz y entusiasta viaje esas estructuras paralizantes que la habitan, desnuda loca, violeta y rosa con flores amarillas, los cabellos al viento despojados del blindaje absurdo y cruel de su armadura. Musitar a su oído: felicidad quiero quedarme contigo, liberarme en los días de sol, dando rienda suelta a la libido. Ser feliz no está tan mal, a juzgar por tu delirio. Vas emanando zafiros y exhalando algunos lirios, dame un poco de locura para pintar en mis muros, de rojo los corazones, de verde los pensamientos y un poquito de violeta transmutando los olvidos. Con solo pensar un instante, tan solo rozando cordura, vuelve y se interna en la selva falaz, solitaria emboscada en la esquina, tapiada de verde irreal, mascarada repleta de espinas. Suavizando la brisa hostil, un zorzal la está esperando, con tibia tonada de trinos la desdicha sin letra ni llanto. Suena a coro celestial, cuenta su historia cantando, en tonos pasteles claros, melodías va pintando. Lo mira, la ve y su canto se vuela de rama en rama para aletear a la otra, y a otra va su canto, a otro árbol más frondoso acompañando sus pasos, bebiéndose las ausencias los misterios albergados. Adicta melancolía siempre fuiste de su mano. Hoy la razón se revela al desolado letargo y se niega a complacerla, se hunde con deshojados sueños aferrados, en la ciénaga profunda de sus bostezos lánguidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario