La locura o el tormento de llamarse nada: Juan M, Carrasco
MADRUGADA Y TRASTORNO
Complot de alucinadas imágenes, desquicio, rayado horizonte y el humo de la rota sensatez, las alteradas facultades mecen monstruos, fantasías, absurdos como sombras que asombran, las marimoñas se ven orquídeas de colores desconocidos entre amorronados rojos y azul-naranja, la luna es aureola de sol opacada por nubes que semejan palomas o halcones, los leones se ven gatitos indefensos buscando la dulzura de las madres que acicalen sus pelajes, todo gira en torno a una senil discordancia, como quién oye llover, escucha truenos, ve los reflejos de los rayos quebrando el cielo y cuando sale a mojar sus pies su piel se calcina de sol radiante, asustado se repliega, entonces confunde noche con día, se pregunta y responde su afuera con imprudencia, hacia el adentro de un pozo oscuro lleno de imágenes deformadas, encuentra un lugar donde aliarse con la razón en reunión de sensaciones y sentimientos, asimetría salvaje, la razón ausente no viene, no escucha, se recuesta sobre las plumas de todos los pájaros muertos mucho antes de apagarse los trinos. Peregrinar inútil desatino, cansancio, solo la facultad del soñar se sostiene en la soledad como la más amable de las compañías.
Beatriz Graciela Moyano
Octubre- 2013-
Me resulta muy bien y de buen gusto, amiga.
ResponderEliminarBeso
Gracias mi querido amigo Pichy por visitarme y dejar tu mensaje. Un beso
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