LA VIGA EN EL PROPIO
Ahora, en
este mismo momento, una viga está incrustada en tu pupila, con sus ciegantes arenas y no la ves al despertar. Llegan
oleajes masivos a la humanidad, andanadas de variadas tonalidades y no quieres
ver en tu templo, el se encuentra ahogado de imágenes ajenas, entonces
preguntas una y otra vez a que has venido, o quién eres, sin respuesta. No has
esperado la señal, se produjo y escuchó desde todas las latitudes, trompetas
ensordecedoras que te prepararon para que corras al encuentro de tu propio YO,
que seas la protagonista en el vivir la experiencia. Ocupada en buscar la paja
en el ojo de las vivencias ajenas, se introdujeron piedras en tus zapatos,
caminas fastidiada y con fingida sonrisa secando sudores de otros seres, quizá
imaginando aventuras novelescas o pergeñando formas de mariposas a lo que eran
apenas larvas. La telaraña de tu propia mente pudo haber cegado tus ojos. No
creas que estás sola, no pienses que todas las cosas son malas, no te
encapriches con la vida, ni retengas en ti lo que no puedes comprender, avanza
para lo que has sido creada, deja al sol iluminar tu cielo, comprende cual es
el camino para no seguir pagando karma y recibiendo el efecto de tus propias
causas.
Beatriz Graciela Moyano
-Junio-2014-
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