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TRIBULACIONES
Las tribulaciones se tornaron sal en las llagas, todo un tiempo mudo y siniestro, venciendo las estaciones voladas. Bebieron sorbo a sorbo la sangre fermentada los candentes días de verano y diluyeron con lluvias desatadas a destiempo la sal de unas pocas lágrimas, más toda la hiel de la fase destructiva producida por los detrimentos padecidos, detestable despilfarro de fe que precedió a la desazón, sentencia penetrada, lagunas de verbos y adjetivos con que la vida deshilacha las oraciones equivocadas en una especie de senil demencia, carente de brillo y color. Las letras en negación, partículas de ideas con enmiendas, tachaduras, borrones y una constante auto-crítica al ausente imaginario. Diques contenedores a los vibrantes oleajes creativos, todo eso que está allí trabado en lucha constante tras la cortina de bruma silenciosa, clamando libertad. Los vientos fríos del sur quieren barrer junto a las hojas resecas de este otoño incipiente, esa nube gris del calvario que pocos comprendieron, lejos, donde ya no alcance la oquedad a rozar las rosas de la melancolía, las azucenas blancas de las nostalgias escritas, porque aún quebrando la tristeza y el insomnio, siempre serán aguas claras en el jardín de las letras doradas del alma. El fin de las tribulaciones llegó mansamente, en el momento justo en que se ponía el sol de la hermosa tarde. Sello apasionado fue el beso del otoño perenne de los días.
Beatriz Graciela Moyano
Marzo-2014-
Hermoso neobarroco querida amiga, admiro tus letras. Ivonne Concha.
ResponderEliminarGracias Ivonne por el aliento que significa tu comentario, ya lo subí al grupo. Abrazo.
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