BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

lunes, 15 de abril de 2013

MONARCA DE CERA Y AGUA


(Triton es un mitológico dios griego)

MONARCA DE CERA Y AGUA
Vino con el murmullo de las olas de un mar en sudestadas y constantes  naufragios, como premonición de cambios que invadirían las horas para siempre, la voz de los silencios que puso en fuga a los gigantes imaginarios. El rugido de una supuesta bestia salvaje que entre oscuridades iba a inundar con su misterio tenso, los tiempos por venir. Traía el peso de los años y mañas que se suavizaron con ternuras mezcladas con temor en las mañanas frías de un otoño que venía presuroso a justificar el asombro. Las noches se fueron alargando, en insomne letargo donde el pensamiento se transmitía sutil y amoroso. Era el tiempo que proponía estinguir las sombras con los ojos abiertos, todo se envolvía en un arrebol de hojas doradas o algas marinas según sus deseos,  elaboraba hasta las nubes si el anhelo era de lluvias al caer la tarde, aveces él pintaba algunas brillantes estrellas al cielo para que sigan soñando, sin percatarse que el lugar no existía más que en la magia repentina de los vientos marinos, las corrientes de aire fresco no tenían el poder de desviar la tibieza del deseo que como el curso de las olas se deslizaba por los cuerpos que ya no estaban solos ni desprotegidos. Llegó a ser el monarca que reinaba en las horas y días que después se hicieron años y ahora recuerdos. Se proyectaba en medio de las tormentas  donde a pesar de los truenos se escuchaban los placeres sonoros, que persisten entre los siglos, segundo a segundo por que también confundió al tiempo y la materia en madrugadas de bruma donde él era desde un pájaro herido hasta un monarca de cera sometido a su albedrío, con la sola premisa de congelar un sueño, no desbaratar por ninguna razón ni mínimo desacuerdo la poderosa e intensa existencia. Pero ya no reina ni habita los castillos del reino donde mando a plantar los rosales para que los vieran crecer, está en el museo de cera donde siempre habrá una doncella que cuente una historia o leyenda, inventándole una voz para hacerlo más real.   



M

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