BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO "Bienvenidos a mi nuevo desván"

UN BLOG DE BEATRIZ GRACIELA MOYANO
"BIENVENIDOS A MI NUEVO DESVÁN"
A todo aquel visitante de éste mi nuevo desván les
doy la bienvenida, un nuevo refugio a la nostalgia,
siempre en la búsqueda de oscuridades lumínicas
que me habitan y se escabullen de mi propio Yo.
Lugar donde pretendo volcar fragancias y colores en el cántaro de sentipiensos.

miércoles, 23 de enero de 2013

FUE UN SUEÑO




Algo la estremeció mientras dormía, placer y temor en ráfagas de furia inclemente, como salidas desde el corazón de un huracán que quiere arrasar con todo a su paso, se sintió confundida perdida en medio de esa vorágine de pasión desatada, el paisaje era sensual y comenzó a oscurecer la noche en aquellas vibraciones que se hacían cada vez más intensas, no podía divisar rostro, ni palpar el propio, era una voz y el olor a su piel que no podía alcanzar aunque manoteara su sombra, solo sensaciones confusas como potros desbocados. Sintió necesidad de huir pidiendo asilo a la luna, pero ella no la miraba se encontraba seductora, lírica eclipsando a Júpiter que se arrimaba sin resistencia a su hechizo. No quería despertar a pesar del dolor, el sitio era desconocido y estaba caminando en círculo, tubo miedo por momentos, no sabia si era sueño o realidad y siguió andando a tientas mientras en vano pedía calma, esa energía la poseía, la sacudía violentamente y no atino a revelarse, se colgó de una larga estela sin brillo entregada al silencio de esa noche larga sin cerrar los ojos, sin ver más que grises y sentir latidos, gritos o gemidos. 
A poco del silencio se atrevió a mirar sus pies y vio con horror como la tierra se abría, se rajaba mostrando a cada paso las viseras resecas de su amor vencido. Esperó caer en las grietas profundas, se quedó muy quieta y callada pero nada sucedía…quiso dar un paso más pero ya no podía, estaba muy cansada y pidió a esa sombra una tregua de verde azulino, que le dibuje un camino al borde del río para ir costeando hasta que amainen las furias de ese remolino. Se acabó la noche, se expandió lo oscuro de aquel laberinto. Despierta aturdida, siente que respira, cesaron los gritos que la estremecían, fue solo un sueño ...pero igual desconfía. 

Beatriz Graciela Moyano

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