ABORTO
Fue una mañana de sol, en que no se pudo verse el astro, la tristeza de Ella lo tapaba.
Había un par de ojos secos de ausencia y la decisión siniestra congelada. Una pequeña sala con perchero y nada más. Instantes después, helada el alma... la sangre tibia corría por los glúteos, las piernas, podía sentir el dolor pero no hablar ni expresar movimiento alguno, la mesa era fría como de metal, eso parecía. No había palabras, las pocas que hubieron fueron antes de la sangre, hasta que por fin iba despertando del maldito sueño y ganando la calle a tientas, había gente que caminaba indiferente, andaba haciendo compras por las calles. Nadie podría registrar el drama, ni momento alguno similar, porque ellos estaban vivos. El llanto circulaba de adentro hacia afuera, bañando la piel como un elixir maldito, fluyente desde las mismas entrañas oscuras, penitentes, con esos fluidos que graban para siempre un silencio pérfido de infierno neutro, donde no hay llamas ni guinches, solo miedo, sufrimiento y soledad. Eso que no se ve, ni se huele en el aire, solo en la memoria perpetua.
Beatriz Graciela Moyano
09-05-2016
Muy bueno Beatriz, sobre todo la frase del final, es un cierre perfecto.
ResponderEliminarEs un tema muy duro para opinar, yo prefiero darme el gusto por mi edad, de no hacer comentarios, porque de lo contrario puedo caer en el juicio moral, que sería lo último que yo haría. Pero tu esrito lleva una carga de dulzura, de miedos, de incertidumbre, que a lo mejor sirve para ayudar si alguien necesita escuchar o leer algo más. Y vos vas hacia esa "memoria perpetua", de la que no se habla, y a la que es necesario tener en cuenta.
Una reflexión muy acertada y para mejor, a un tema que quema el ambiente, le has puesto poesía.
Norma Aristeguy
Un abrazo, amiga.
Muy bueno Beatriz, sobre todo la frase del final, es un cierre perfecto.
ResponderEliminarEs un tema muy duro para opinar, yo prefiero darme el gusto por mi edad, de no hacer comentarios, porque de lo contrario puedo caer en el juicio moral, que sería lo último que yo haría. Pero tu esrito lleva una carga de dulzura, de miedos, de incertidumbre, que a lo mejor sirve para ayudar si alguien necesita escuchar o leer algo más. Y vos vas hacia esa "memoria perpetua", de la que no se habla, y a la que es necesario tener en cuenta.
Una reflexión muy acertada y para mejor, a un tema que quema el ambiente, le has puesto poesía.
Norma Aristeguy
Un abrazo, amiga.