Fantasías
del inconsciente
Es el
inconsciente caja negra donde palpitan algunas excéntricas alucinaciones. Entre
sus sueños, los trinos de una calandria en las mañanas habitan, rosarios con
cuentas de nácar en dedos de viejecitas, imágenes misteriosas como espectros la
visitan, no teme porque sus ojos de bondades le hablarían y una pareja de
ancianos como sacados de un cuento, de las eternas diría, se presentan en
escenas como locas fantasía, una cita en la gran ciudad de las anchas avenidas,
la ve a ella como dama vestida de utilería, con encajes y sombrero de otros
tiempos parecía, el caballero un señor de porte muy distinguido con un habano
entre los dedos después lo lleva a la boca, pero nunca lo encendería,
con papelitos escritos guardados celosamente en el fondo de un bolsillo, las
cuatro de la tarde los ve sentarse en un bar mirándose largamente entre
recuerdos perdidos, haciendo chocar sus copas con un cómplice sonido tomando
unos sorbitos y las sonrisas que esbozan como alas de mariposas van al bordes
de sus copas para besarse en un rito como retomando historia, hay un suave
rozar de manos erizando las pupilas del tiempo, de pronto se borran las
secuencias y se pierden, no los puede ver, el inconsciente de fantasías los
reemplaza por un concierto de ranas verdes en algarabía, en unos estanques
vacíos rodeados pasionarias en el desemboque al río, insólito, alucinante, pudo
ver lo que no había, solo existió tal vez un día, quiere ver los viejecitos
quiere ayudarles a armar el rompecabezas para completar el cuento entre rosas y
amatistas del olvido ¿pero que pudo pasar? han saltado a otro plano,
pudo truncarse la trama con aquellos desatinos, se soltaron las amarras de
los barcos del delirio, pasaron ya muchos años, más viejos, mucho más sabios, no
sé como se han sentido, los vi! ambos con los ojos brillantes derramando
caricias adormecidas como esas cosas que pasan y parecen sin sentido. Pero he
leído esa historia y vaya si lo tienen, con solo leer un tramo, el sol saldrá
en la mañana con rubor, más encendido y posará algunos rayos curiosos en la
ventana donde flotan los fantasmas, candentes y sorprendidos en ese cuarto
pequeño decorado con pasiones locas que desataron en esos tiempos perdidos, que
viven en las paredes, aunque borraron el cielo y nubarrones de instancias se
apropiaron de los besos, vi los cuerpos que siguen vibrando a pesar de esos
egos embriagados de recuerdos, solitarios, volverán a la memoria, sí, sé que
volverán! por más silencio que hagan seguirán haciendo ruido.
Beatriz Graciela Moyano
Junio 2012-
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